Existe una gran diferencia entre los términos Intimidad y sexualidad, y quiero contarte un poco sobre ambas para comenzar a trabajar algunas creencias limitantes que pueden estar afectando la intimidad y la sexualidad contigo mismo y con el otro.
Cuando hablamos de Intimidad, nos referimos a un sentimiento de cercanía con otra persona, mientras que la sexualidad es la forma en que nos expresamos sexualmente.
Intimidad
Es un sentimiento de cercanía física y/o emocional con otra persona, puede ser entre amigos, familiares o parejas.
Este sentimiento Implica la capacidad de expresar y recibir sentimientos sin juzgarlos y se basa en el conocimiento y la familiaridad con la otra persona, la cual se va construyendo gradualmente a lo largo del tiempo.
Puede comprender la intimidad emocional, social y física.
Sexualidad
Es una dimensión del SER que Incluye comportamientos, relaciones sexuales e intimidad. Abarca la forma en que nos sentimos con nosotros mismos, cómo nos vestimos, cómo nos movemos, la orientación sexual, los valores, creencias y actitudes con ser hombre o mujer. Teniendo en cuenta lo anterior, la sexualidad también implica los cambios que suceden en nuestros cuerpos físicos, tales como las etapas de pubertad, embarazo, andropausia en los hombres o menopausia en las mujeres.
La intimidad y la sexualidad están relacionadas, pero no son lo mismo.
Por ejemplo, una persona puede tener un amigo íntimo sin que sea necesariamente una pareja sexual.
5 Creencias limitantes sobre la sexualidad que debes conocer
Creencia 1: “Si no hay penetración, no hubo sexo”
Esta intimidad contigo mismo o con otro ser humano donde compartes tu cuerpo, tu erotismo y tu intimidad, ya es una relación sexual, más allá de que no haya penetración, eyaculación u orgasmo en pareja.
Energéticamente, tanto tu cuerpo físico como el mental y el emocional, están en función de estar teniendo intimidad y contacto con el otro, es una conexión poderosa, en algunos casos magnética, que te lleva más allá de la unión de los órganos sexuales. Para tu cerebro es estar muy cerca del otro, o muy cerca de ti mismo (en el caso de estar autocomplaciéndote), la única diferencia es que no estas posibilitando una penetración, un posible embarazo (fines reproductivos), o una enfermedad de transmisión sexual, pero tu cuerpo está erotizado en ese momento, viviendo un encuentro íntimo y sexual.
Ejercicio práctico para romper esta creencia limitante:
Estás limitando posiblemente tu placer, la forma deshinibida de vivir y experimentar un placer más allá de la limitante de “soy Virgen aún porque no hubo penetración” o “no hemos tenido relaciones sexuales porque él no me penetró” o “solamente me autocomplací, pero no usé juguetes sexuales”.
Hazte estas preguntas y escribe en tu cuaderno de notas:
- ¿Qué significa el placer sexual para mí?
- ¿Con qué lo estoy relacionando?
- ¿De dónde aprendí la información: “donde no hay penetración y orgasmo, no hubo relación sexual”?
Después de este ejercicio de escritura consciente, párate frente al espejo, mira y reconoce tu cuerpo: ¿cómo experimentas placer?, ¿conoces y miras tus zonas erógenas?
Solo cuando te reconoces, eres capaz de compartir tu intimidad contigo mismo y con otro ser humano.
Creencia 2: “Debo tener sexo frecuentemente para que mi pareja no se aburra”
Si estoy experimentando una realidad sexual donde me siento “obligado”, donde para mi mente es el cumplimiento de un deber, el placer íntimo y sexual posiblemente se inhibe o se bloquea, y allí es cuando comienzo a no disfrutar de las relaciones sexuales de una manera fluida, y comienzo a tener relaciones sexuales por cumplimiento para que mi pareja no se aburra o no piense que no quiero, que soy aburrida, y para que no se consiga otra persona, ¿pero dónde queda mi disfrute?
Ejercicio práctico para romper esta creencia limitante:
Realiza una meditación 2 veces a la semana, como mínimo de 10 minutos, donde te imagines recibiendo mucho placer, experimentando diferentes momentos con tu pareja, donde el disfrute sea libre y muy placentero. Puedes apoyarte de imágenes fantasiosas, momentos que hayas visto en una serie o película y donde se estimule tanto tu cuerpo físco como el mental, y empieces a acostumbrarlos a esta nueva realidad.
Te aseguro que tus próximas ocasiones van a estar llenos de más placer, que de sentirte obligado a hacerlo.
Creencia 3: “Los hombres siempre quieren sexo más que las mujeres”
Esta creencia proviene probablemente de lo que en tu edad de infancia o adolescencia escuchaste sobre los hombres. Frases como “los hombres solo piensan en tener sexo”, “los hombres quieren tener relaciones sexuales en todo momento”, “lo que más le importa a un hombre en una relación de pareja es tener relaciones sexuales”.
A través del tiempo, esto nos lleva a la conclusión de que los hombres tienen más sexo que las mujeres, que solo piensan en eso, o incluso que puede ser el 90% de una relación de pareja.
Hoy quiero contarte algo, estadísticamente existen estudios realizados que dan a conocer que tanto los hombres como las mujeres piensan y disfrutan del sexo en iguales condiciones, es decir 50-50.
Lo que sucede en la mayoría de las relaciones (y acá desmitifico otra creencia), es que se suele pensar que el hombre propone y la mujer dispone. El hombre es más expresivo, creativo y libre en momentos de querer intimar con su pareja, mientras que las mujeres podemos ser más conservadoras frente a proponer y seducir un encuentro íntimo, por lo tanto, callamos, no expresamos y no comunicamos nuestros deseos y necesidades por temor a ser juzgadas, señaladas, e incluso tildadas de “ninfómanas” (deseo sexual incontrolable e intenso de una mujer).
Ejercicio práctico:
Prueba ser tú quien tome la iniciativa con tu pareja para los próximos dos encuentros íntimos y placenteros. Arriésgate, comienza por una velada romántica donde expreses tus deseos, comuniques tu placer, ábrete a esa conversación que has pensado tener, pero que has callado porque probablemente tengas miedo a ser rechazada o señalada.
Creencia 4: “Después de los 50 años, el placer sexual desaparece”
Es una realidad que tanto en hombres como mujeres esta etapa de la vida puede ser el inicio del ocaso de las relaciones sexuales tal como las conocemos y las venimos experimentando. La razón es porque comenzamos etapas de menopausia y andropausia, donde tanto mujeres como hombres perdemos estrógenos, testosterona, y hay una baja en la líbido (deseo dexual).
¿Qué pasa aquí? Llegan pensamientos por parte de ambos géneros donde se piensa incluso en la frigidez (ausencia, inapetencia del deseo y el placer sexual), y en la impotencia (incapacidad de llegar o mantener una erección en un hombre). La realidad está allí y no significa que ya no haya encuentros sexuales, sí los hay, pero de una forma diferente donde incluso juegan un papel importante la buena comunicación, la empatía y la complicidad en pareja.
Es normal tener pensamientos negativos frente a esta situación, incluso miedo a que la relación llegue a su fin, a que la otra persona se aburra de esta situación, e incluso a que llegue un tercero a suplir las necesidades sexuales de mi pareja o los míos.
Ejercicio práctico:
Comienza a incluir en tu relación los 5 lenguajes del amor:
Actos de servicio, regalos, tiempo de calidad, contacto físico, y palabras de afirmación.
Te hablo de comenzar a practicar en pareja estos lenguajes del amor antes de los 50 años, no esperes llegar allí. Día a día, ten un detalle amoroso con tu pareja, toma su mano en un centro comercial, exprésale cuánto lo amas, llévale el café a la cama… todo esto, fomentará el vínculo con tu pareja de una forma elevada y consciente.
Así, cuando llegue aquella edad en la cual el sexo no se comporta como a los 20, los 30, los 40… no estarás pensando que llegó el ocaso de tu relación, o que después de la tercera edad el sexo no funciona. Recuerda que no siempre sexo es igual a penetración y que puedes experimentar orgasmos de maneras distintas.
Creencia 5: “Si estoy solo, mis órganos sexuales se atrofian”
Quiero recordarte que tu energía sexual tiene varias formas de ser usada e incluso canalizada, donde no siempre debes tener relaciones sexuales, o tener una pareja para canalizarla a través del sexo.
Si estás solo, puedes reconocer que tu energía sexual está allí, dispuesta para ti, reconociendo tus gustos y placeres en la vida, es una forma inigualable de hacerte el amor.
Ahora que tus órganos dejen de funcionar, que se detengan, que no sirvan, que se atrofien porque no tienes relaciones sexuales, está lejos de la realidad. Ellos también están allí a lo largo de tu vida, estés o no experimentando relaciones íntimas contigo o con otro a través del sexo.
Ejercicio práctico:
Haz una lista de gustos y placeres en la vida y comienza por cumplirte cada uno de ellos, puedes canalizar tu energía sexual através de realizar o practicar tu deporte favorito, una actividad física, a través de una conversación consciente y profunda, a través de escuchar un podcast sobre espiritualidad o un tema que te apasione.
Siéntete vivo, experimenta placer escribiendo, leyendo, emprendiendo, interactuando, probando un sabor nuevo, aprendiendo sobre un tema nuevo… así comenzarás a canalizar tu energía sexual y la pondrás a tu servicio a través del disfrute.
Recuerda siempre que el placer físico también abarca el placer mental, emocional, espiritual y que estás dotado de energía Masculina y Femenina, eres el creador de tu propia realidad y el único responsable de tu placer.